He sobrevivido muy bien algunas cosas otras no tanto, como que aún no sé explicarle a la gente que cuando digo que te fuiste no quiere decir que nos dejamos porque en definitiva yo no quería que te fueras...
La muerte a veces es medio caprichosa y hace lo suyo sin preguntarnos si estamos listos o preparados. Y no importa cuánto duerma aún llevo una capa de neblina negra bajo los ojos. Hay días que recuerdo tu risa y me aferro con todas las fuerzas que me quedan a no olvidar el tono exacto de la misma...
Estás un poco en todas las cosas pero al mismo tiempo no estás en ningún lado. Solo aquellos que experimentamos la muerte conocemos esa extraña satisfacción.
Todos los días te voy dejando ir poco a poco, buscando el balance perfecto entre el recuerdo y el dolor; Y no es que ya no te recuerde es que ya no me duele tanto.
A veces siento que me ves en las mañanas, sobreviviendo tu recuerdo Y que me sonríes Y yo lloro de vez en cuando tratando de no sentirme mal por entender que todos los días aprendo un poco más de la vida por tu muerte.
Autor: Carlos Cortés | 100 poemas para decir adiós.